domingo, 12 de julio de 2009

TIEMPO DE ROMPER, TIEMPO DE COSER.

-Dice el mito mongol de la creación del mundo:
Apareció un perro salvaje que era azul y gris,
cuyo destino era impuesto por el cielo.
Su mujer era una corza.

- El perro salvaje con su valor, su fuerza, la corza con su dulzura, su intuición y su elegancia. El cazador y la presa se encuentran, y se aman. Conforme a las leyes de la naturaleza, uno debería destruir al otro, pero en el amor no hay ni bien ni mal, no hay construcción ni destrucción, hay movimientos. Y el amor cambia las leyes de la naturaleza.
----->> el perro salvaje es un animal femenino. Sensible, capaz de cazar porque ha desarrollado su instinto, pero al mismo tiempo, tímido. No usa la fuerza bruta, usa la estrategia. Valiente y cauteloso, rápido. En un segundo cambia de un estado de relajación total a la tensión de saltar sobre su objetivo.
----->>La corza tiene los atributos masculinos: velocidad, conocimiento de la tierra. Ambos viajan en sus mundos simbólicos, dos imposibilidades que se encuentran, y superando sus naturalezas y sus barreras hacen que el mundo también sea posible. Así es el mito mongol: de las naturalezas diferentes, nace el amor. En la contradicción, el amor gana fuerza. En la confrontación y en la transformación, el amor se preserva.
---->>En el mito mongol de la creación del mundo, corza y perro salvaje se encuentran. Dos seres de naturaleza diferente: en la naturaleza, el perro salvaje mata a la corza para comer. En el mito mongol, ambos entiendes que uno precisa de las cualidades del otro para sobrevivir en un ambiente hostil y deben unirse.
---->> Para ello, antes tienen que aprender a amar. Y para amar, tienen que dejar de ser lo que son o jamás podrán convivir. Al pasar el tiempo, el perro salvaje empieza a aceptar que su instinto, siempre concentrado con la lucha por la supervivencia, ahora sirve a un propósito mayor: encontrar a alguien con quien reconstruir el mundo.


(Extracto de El Zahir - Paulo Coelho)

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